En un mundo sacudido por la pandemia, y cuando estamos a punto de agotar el tiempo para evitar la catástrofe climática, la trascendental Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima COP26 comienza este domingo en la ciudad escocesa de Glasgow. Lo que está en juego es importantísimo.
«Si no se actúa con determinación, nos estamos jugando nuestra última oportunidad, literalmente, de cambiar el rumbo de las cosas», dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en los días previos a la reunión.
¿Por qué es nuestra última oportunidad?
Desde Noticias ONU, hemos reunido algunas respuestas a las preguntas más comunes que te pueden surgir sobre el tema.
Empecemos por el principio, ¿qué es la COP26?
La COP26, la vigésima sexta conferencia del clima, es la mayor y más importante conferencia relacionada con el clima del planeta.
En 1992, la ONU organizó un gran evento en Río de Janeiro, bajo el nombre de la Cumbre de la Tierra, en el que se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
En este tratado, las naciones acordaron «estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera» para evitar la peligrosa interferencia de la actividad humana en el sistema climático. En la actualidad, el tratado cuenta con 197 signatarios.
Desde 1994, año en que entró en vigor el tratado, la ONU reúne cada año a casi todos los países del mundo en cumbres mundiales sobre el clima, conocidas como las «COP», que se refiere a «Conferencia de las Partes».
Este año se debería haber celebrado la 27ª cumbre anual pero, por el COVID-19, el año pasado no se pudo convocar; de ahí que este año celebremos la 26ª conferencia, la COP26.
¿Pero por qué la COP26? ¿No tenemos ya suficientes reuniones sobre el cambio climático?
Durante estas conferencias del clima se han negociado varias «ampliaciones» del tratado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para establecer límites jurídicamente vinculantes a las emisiones de gases de efecto invernadero para los distintos países, y para definir un mecanismo de aplicación para evaluar el cumplimiento.
Entre estas extensiones, se encuentran el Protocolo de Kioto de 1997, que definió los límites de emisiones para las naciones desarrolladas que debían alcanzarse para 2012; y el Acuerdo de París, adoptado en 2015, en el que todos los países del mundo acordaron intensificar los esfuerzos para intentar limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles de la era preindustrial, e impulsar la financiación de la acción sobre el cambio climático.
Así que aquí es donde la COP26 se pone interesante: durante la conferencia, entre otras cuestiones, los delegados tienen como objetivo finalizar el «reglamento de París», o las normas necesarias para aplicar el Acuerdo. Esta vez tendrán que acordar unos plazos comunes sobre la frecuencia de revisión y el seguimiento de sus compromisos climáticos.
Básicamente, París fijó la meta: limitar el calentamiento por debajo de los dos grados centígrados (idealmente 1,5ºC), pero Glasgow es la última oportunidad para hacerlo realidad.
Esto nos devuelve a la cuestión inicial: ¿por qué la COP26 es nuestra última oportunidad?
El cambio climático ha pasado de ser un incómodo problema a una emergencia mundial que amenaza la vida del planeta en las próximas tres décadas.
Aunque los países han asumido nuevos compromisos y reafirmado previos antes de la COP26, el mundo se precipita hacia un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7°C en este siglo, incluso aunque se cumplieran los objetivos de París.
La ciencia nos lo deja claro: un aumento de las temperaturas de esa magnitud para finales de siglo podría suponer, entre otras cosas, un aumento del 62% de zonas calcinadas debido a incendios forestales en el hemisferio norte durante el verano, la pérdida del hábitat de un tercio de los mamíferos del mundo y períodos de sequías más frecuentes, de entre cuatro y diez meses.
António Guterres lo califica, sin rodeos, como una «catástrofe climática», que afecta ya de manera letal a las zonas más vulnerables del mundo, como el África subsahariana, o los pequeños Estados insulares, que se ven azotados por la subida del nivel del mar.
Millones de personas ya se han visto desplazadas y han muerto debido a los desastres agravados por el cambio climático.
Para Guterres y para los cientos de científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, un escenario de calentamiento de 1,5°C es el «único futuro habitable para la humanidad».
El tiempo corre, y para tener poder limitar el calentamiento, el mundo necesita reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años.
Se trata de una tarea gigantesca que sólo podremos llevar a cabo si los líderes que asisten a la COP26 presentan planes realmente ambiciosos, con plazos concretos y con una carga de trabajo inicial para eliminar el carbón y transformar sus economías para alcanzar las llamadas cero emisiones netas.
¿Pero.. no se habían comprometido ya países como China y Estados Unidos a alcanzar el objetivo de cero emisiones?
El último informe de la ONU sobre la brecha de emisiones explica que un total de 49 países, además de la Unión Europea, se han comprometido a un objetivo de emisiones cero.
Esto abarca más de la mitad de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, más de la mitad del PIB mundial y un tercio de la población mundial. Hay once objetivos consagrados por ley, que cubren el 12% de las emisiones mundiales.
Suena muy bien, ¿verdad? Pero hay trampa: muchos de los compromisos retrasan las medidas de acción hasta después de 2030, lo que hace dudar de que estas promesas de cero emisiones puedan realmente alcanzarse. Además, muchas de estas promesas son «vagas» e incoherentes con los compromisos presentados oficialmente, los planes de contribución determinada a nivel nacional, conocidos como NDC.
Esto explica una vez más por qué la COP26 es tan importante: «Ya ha pasado el tiempo de las sutilezas diplomáticas… Si los gobiernos, especialmente los del G20, no defienden y lideran este esfuerzo, nos dirigimos hacia un terrible sufrimiento humano», advirtió Guterres en la Asamblea General de la ONU esta semana.
Entonces, ¿qué es exactamente lo que se espera conseguir en la COP26?
Las negociaciones oficiales tienen lugar durante dos semanas. En la primera semana, se tratan negociaciones técnicas entre los funcionarios gubernamentales; seguidas de reuniones ministeriales y de jefes de Estado de alto nivel en la segunda semana, en la que se tomarán o no las decisiones finales.
Durante la conferencia, se tratarán cuatro cuestiones principales, según su anfitrión, el Reino Unido:
1. Asegurar las cero emisiones en todo el mundo para mediados de siglo y mantener los 1,5 grados centígrados
Para ello, los países deben conseguir la eliminación gradual del carbón, frenar la deforestación y acelerar el cambio hacia economías más ecológicas. Los mecanismos del mercado del carbono también formarán parte de las negociaciones.
2. Adaptarse más para proteger a las comunidades y los hábitats naturales
Dado que el clima ya está cambiando, los países afectados por el cambio climático deben proteger y restaurar los ecosistemas, así como construir sistemas de defensa y alerta, e infraestructuras resistentes.
3. Movilizar la financiación climática
En la COP15, las naciones ricas prometieron canalizar 100.000 millones de dólares anuales a las naciones menos ricas antes de 2020 para ayudarles a adaptarse al cambio climático y a mitigar los nuevos incrementos de las temperaturas.
Esa promesa no se ha cumplido, y la COP26 será crucial para asegurar esa financiación, con la ayuda de las instituciones financieras internacionales, así como para establecer nuevos objetivos de financiación del clima que se deben alcanzar para 2025.
4. Trabajar juntos para conseguirlo
Esto significa establecer colaboraciones entre los gobiernos, las empresas y la sociedad civil y, por supuesto, finalizar el Reglamento de París para que el Acuerdo sea plenamente operativo.
Además de las negociaciones formales, se espera que la COP26 establezca nuevas iniciativas y coaliciones para llevar a cabo actuaciones para combatir los efectos del cambio climático.
¿Cómo, cuándo y donde?
El evento principal se celebrará en el Scottish Event Campus, del 31 de octubre al 12 de noviembre, con la posibilidad de que se prolonguen las negociaciones uno o dos días más. Hasta el momento, hay más de 30.000 personas inscritas para asistir en representación de gobiernos, empresas, ONG y grupos de la sociedad civil.
Los 197 signatarios del tratado de la Convención Marco suelen reunirse en grupos o «bloques» para negociar juntos, como el G77 y China, el Grupo Africano, los países menos adelantados, el Foro paraguas, los pequeños Estados insulares en desarrollo y la Alianza independiente de América Latina y el Caribe.
Las negociaciones también cuentan con observadores, que no participan formalmente en estas, pero que intervienen y ayudan a mantener la transparencia de dichas negociaciones. Entre los observadores están las agencias de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales, las ONG, los grupos religiosos y la prensa.
Pero además de las negociaciones oficiales, habrá una conferencia, un pabellón y miles de eventos paralelos, distribuidos entre días dedicados exclusivamente a determinados temas, como la economía, la energía, la juventud y el empoderamiento público, la naturaleza, la adaptación, el género, la ciencia y la innovación, el transporte y las ciudades.
La conferencia se desarrollará en dos áreas: la zona azul (Scottish Events Campus) y la zona verde, situada en el Glasgow Science Centre.
La zona azul es un espacio gestionado por la ONU donde se celebran las negociaciones, y para acceder a esta, los asistentes deben estar acreditados por la Secretaría de la CMNUCC.
La zona verde está gestionada por el gobierno del Reino Unido y está abierta al público. Incluirá actos, exposiciones, talleres y charlas para promover el diálogo, la concienciación, la educación y los compromisos sobre el cambio climático.
¿Asiste gente famosa?
Además de la asistencia de varios jefes de Estado y de Gobierno, como el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, otros rostros conocidos que acudirán a Glasgow serán Sir David Attenborough, el defensor del pueblo de la COP26, y la activista Greta Thunberg. La Reina de Inglaterra anunció con pesar que finalmente no viajaría a la recepción principal del evento.
Las nuevas embajadoras de las Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las superestrellas del K-pop (pop coreano) Blackpink también participarán en el evento. Este grupo de música coreano publicó un vídeo antes de su aparición, en el que compartieron su mensaje para inspirar la acción climática.
Y en una conferencia tan grande, ¿hay alguna medida especial para el COVID-19?
El COVID-19 sigue siendo un gran problema en todo el mundo, pero la lucha contra la crisis climática no puede esperar, según los anfitriones de la COP26.
Se prefieren las negociaciones presenciales a las virtuales, para garantizar la participación inclusiva de los países de altos y bajos ingresos, así como para asegurar el escrutinio y la transparencia.
Se recomienda encarecidamente la vacunación total de los asistentes a la conferencia, y el Reino Unido ha puesto en marcha un programa previo para entregar vacunas a los participantes que viven en países que no tienen acceso a estas.
También se aplicarán estrictos protocolos de pruebas de COVID-19. Se realizarán pruebas diarias a todos los que entren en la zona azul para garantizar la salud y el bienestar de todos los participantes y de la comunidad circundante.
Además, hay disposiciones específicas de la COP para el régimen de viaje durante el COVID-19, que la gente encontrará al entrar en Inglaterra y Escocia. Los asistentes de algunos países tendrán que hacer cuarentena; estará financiada por el gobierno del Reino Unido en el caso de los asistentes en circunstancias difíciles.